El proyecto permitirá delinear estrategias para la conservación y restauración de esta formación vegetal de clima mediterráneo, característica de la zona central de Chile, que se presenta en muy pocas zonas del mundo, gracias a una alianza entre el Instituto de Ecología y Biodiversidad, que es presidido por el académico ULS Dr. Francisco Squeo, el Centro de Ecología Aplicada y Sustentabilidad, el Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia, y la Universidad de Chile
El bosque esclerófilo está compuesto principalmente por especies nativas de la zona central de Chile, como el Quillay, el Peumo y el Belloto, entre otras, las cuales se han visto afectadas seriamente con la sequía que enfrenta hace años nuestro país. Esta formación vegetal, que puede encontrarse desde la Región de Coquimbo hasta la de La Araucanía, alberga biodiversidad endémica con un alto nivel de vulnerabilidad, por lo que su ecosistema requiere -a la brevedad- mayor evidencia científica que sea considerada en las políticas públicas de conservación y manejo.
Este es el objetivo de la alianza entre el Centro de Ecología y Sustentabilidad Aplicada (CAPES), el Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR2) y el Instituto de Ecología y Biodiversidad (IEB). “Levantamos esta iniciativa de investigación transversal entre los tres centros para estudiar el fenómeno de colapso del bosque esclerófilo y las estrategias para su conservación y restauración”, explicó el profesor Juan Ovalle, académico de la Facultad de Ciencias Forestales y de la Conservación de la Naturaleza de la U. de Chile e investigador asociado a CAPES.
“Esta iniciativa surge como respuesta a la crisis que atraviesa este ecosistema y requiere con urgencia mayor evidencia científica para poder influir en los tomadores de decisiones, en términos de su gestión, gobernanza, conservación y restauración”, enfatizó el académico sobre este convenio impulsado junto a Rosanna Ginocchio (CAPES) y a Alejandro Miranda (CR2), Cristian Delpiano (IEB), Francisco Squeo (IEB), académico de la Facultad de Ciencias de la Universidad de La Serena, y Antonio Lara (CR2), egresados de distintas unidades académicas de nuestro plantel.
A partir de esta alianza los estudiantes de la Facultad de Ciencias Forestales y de la Conservación de la Naturaleza podrán realizar sus tesis patrocinadas por los tres centros y optar a financiamiento para hacer sus estudios en terreno. A su vez, tendrán la oportunidad de trabajar junto a destacados científicos de nuestro país e interactuar con otros alumnos y alumnas tesistas de otras facultades y/o universidades del país en la implementación de una red de parcelas permanentes para monitorear los cambios en los ecosistemas de bosque esclerófilo afectados por el cambio climático.
“Toda la comunidad universitaria está invitada a participar de las actividades que impulsaremos a partir de esta iniciativa, especialmente las y los estudiantes que tengan interés en desarrollar sus memorias de título y trabajar en esta línea de investigación transversal. Será una oportunidad muy valiosa para conocer docentes y estudiantes de otras instituciones, generar una red de contactos y difundir nuevos conocimientos científicos”, señaló el profesor Ovalle.
La propuesta de investigación CAPES/IEB/CR2 surge a partir del trabajo que ha realizado la Mesa multisectorial por el bosque esclerófilo, una iniciativa multidisciplinaria que convoca a más de 40 personas de diferentes instituciones académicas, de investigación y organismos públicos y privados, incluyendo académicas y académicos de Campus Sur, como la profesora Karen Peña, y los profesores Sergio Donoso, Antonio Vita, Jorge Pérez-Quezada y Álvaro Gutiérrez, entre otros.
Los objetivos específicos de esta nueva línea de investigación son determinar indicadores de resiliencia mediante el establecimiento de una red de monitoreo de bosques afectados por la sequía en la zona central de Chile; establecer propuestas técnicas para la conservación y restauración del bosque esclerófilo con impacto directo en propietarios de bosque y organismos públicos, como la Corporación Nacional Forestal (CONAF), el Servicio Agrícola Ganadero (SAG) y el Instituto Forestal (INFOR). Junto a esto, también buscará avanzar en procesos de gobernanza del bosque esclerófilo impactado por cambio climático y cambio de uso de suelo; y establecer alianzas estratégicas para la conformación de un Núcleo Milenio de investigación.
“Bajo este escenario, la posibilidad de unir esfuerzos y capacidades entre los tres principales centros de investigación en ecología terrestre de Chile -CAPES, CR2 e IEB- es una oportunidad única para enfrentar un desafío de proporciones: el diseño e implementación de estrategias para recuperar procesos y funciones en ecosistemas severamente dañados producto de la megasequía”, sostuvo el profesor Ovalle.
La iniciativa de investigación ya comenzó sus labores en base a este convenio colaborativo y se espera realizar un taller de trabajo para levantar propuestas, una publicación sobre el diagnóstico actual y cuáles serían las estrategias de manejo adaptativo para su conservación.